La Historia de un Sueño
Serodino, Marzo 1974
Nací en Rosario, como la mayoría de los chicos de mi pueblo, pero a las horas ya estaba viviendo en Serodino, una pequeña localidad de 3.000 habitantes del Sur de la provincia de Santa Fe.
En los pueblos, el cura, el policía, el médico y/o el maestro, son personas legendarias.
Mi papá era el médico del Pueblo, y mi casa años atrás había sido una maternidad (sala para parturientas, baño anexo - algo pequeño comparado con la infraestructura de la gran ciudad). Al igual que su comunidad, le tenía un profundo respeto, aprecio y admiración. Esto me marcó para siempre[1].
Inicié mis estudios musicales, de piano, a los 5 años en Serodino, y a los 7 años (1981) me radico junto a mi familia en la ciudad de Rosario, donde actualmente resido, y comienzo mi formación académico musical en la Esc. Municipal de Música.
Cuando tenía 12 años, con algunas dudas existenciales, me preguntaba, qué iba a ser cuando sea grande; porque si bien me gustaba la música, como profesión la veía poco útil (en el sentido de trascendencia, incidencia y/o utilidad que puede tener la medicina para la humanidad y/o sociedad).
La representación social que tenía yo y tienen muchos chicos, es que la medicina sirve para "salvar, dar o curar muchas vidas". Entonces me pregunté y traté de indagar acerca del sentido de "utilidad" de la música. Es decir, encontrar un valor intrínseco y colectivo, más allá de los aplausos, el narcisismo y/o la disciplina que implica el estudio de un instrumento.
En una situación de crisis como una guerra, un médico puede salvar vidas, pero qué puede hacer un músico?, me pregunté. Trasladé esta inquietud a una tía, la cual se lo tomó como una broma - supongo que por mi edad - para más tarde responder "entretener a los soldados"[2].
Esa respuesta que me enojó e irritó, por la seriedad con la cual yo me la había formulado hacia adentro y hacia afuera, sembró una pregunta en mí a los 12 años, que estaría latente y sería directriz por el resto de mis días "¿Para qué sirve la música?".
Pasaron los años, y ya en el ejercicio docente de la actividad musical, comienzo a trabajar en escuelas primarias de San Lorenzo (1998), Serodino (1999) y Rosario (2001) y a observar que desde la práctica docente - educación instrumental y/o vocal - se puede hacer mucho. Comienzo así, a encontrar ese sentido de ", incidencia, impacto y potencial transformador" sobre el cual había buscado e interrogado en mi niñez. La escuela, con sus "espacios ociosos, sin explorar, y desarrollar" se convertía en una oportunidad magnífica para poner a prueba todo y a todos.
En Serodino (1999), observo, que como sucedía en muchos pueblos agrícolas ganaderos, algunos chicos no continuaban sus estudios secundarios. Por el contrario, la primaria tenía como colofón final el trabajo en las cosechas, el campo. Así los adolescentes dejaban de estudiar, comenzaban a trabajar, manejaban dinero (que aunque era poco, en algunos casos ayudaba a sus familias y en otros, les facilitaba el acceso temprano al alcohol). También comienzo a pensar en la repercusión que podría tener o cómo favorecería la asimilación y comprensión de la lecto-escritura musical en la adquisición de la alfabetización y a sentir que la música tenía un poder intrínseco que podía "tocar vidas" y hacerlas vibrar aún más. Pensé un dispositivo posible para la localidad, y formé un pequeño coro y conjunto de flautas dulces (aunque por un momento soñé con otro tipo de instrumentos, por la lejanía con la ciudad hubiese sido imposible en aquel momento, el traslado de profesores para formar una orquesta). Terminado el interinato de un año y medio, tiempo después comienzo a trabajar en Rosario.
Así fue como en el 2001, me llaman para un reemplazo en la Esc. Juana Elena Blanco de Rosario. La escuela se encontraba en zona urbana, pero concurrían chicos de escasos recursos del asentamiento "Villa La Siberia" (muy cerca de la ciudad universitaria). Esto significaba necesidades básicas insatisfechas, padres que recibían planes sociales, con muy pocos años de cursado en la escuela primaria, y un medio en el cual el abuso, la droga, la violencia, la delincuencia eran moneda corriente, como también era habitual, la presencia de algún familiar en la cárcel. A la semana de haber iniciado el reemplazo como Prof. de Música de la Escuela Juana E. Blanco, la Directora dijo "Derna, te toca el acto"(acto escolar).
Mi formación era clásica, pero las necesidades de los chicos eran otras. Se me ocurrió entonces, compatibilizar mi formación, en función de los intereses de los chicos. Preparé 2 canciones, un carnavalito y una canción latinoamericana. Llamé a dos compañeras de la Orquesta Juvenil, una tocaba el violín y la otra el violoncello; los chicos cantaban y se acompañaban con un bombo. La experiencia fue genial. Chicos y grandes disfrutamos un montón. Ahí se me dispararon todas las ideas. Me parecía tan revolucionario todo! Ya que aquella pregunta que había formulado a los 12 años - "¿Para qué sirve la música? "- parecía que había permanecido latente y se contestaba 17 años después. Entonces pensé: ¿pero por qué tienen que ser observadores, o espectadores? Por qué sólo cantar y acompañarse con un bombo? Por qué no apropiarse de esos instrumentos, que parecían vedados para aquel contexto socio económico cultural. Enseguida, les pregunté a los chicos, si a la tarde, luego de la escuela primaria, les gustaría aprender a tocar estos instrumentos musicales (violín, cello, contrabajo, etc.). Ellos respondieron que sí. Se lo comenté a Guadalupe, maestra y psicóloga de la escuela y ella dijo "dale Derna, yo te apoyo". Y ahí empezó todo.
Creo que la idea es parte constitutiva de mí, algo intrínseco, que viene conmigo y que por ende, no nació cuando yo tenía 27 años, ni 25, ni 15, ni 12, ni aún 7 años. La idea y la fuerza con que la transmito, la energía transformadora y movilizadora que genera y de ella se desprende, me hace pensar que la idea me dio nacimiento, es decir que me antecedió a mí misma. Dicho de otra manera, por familiares y amigos "VIBRATO: es mi misión, sentido y propósito de vida".
Rosario, año 2001
Con alma, pasión y vida. Con determinación, perseverancia y fortaleza. Con alegría, fervor y mucho entusiasmo!. Mi lema: Soñar, resistir y luchar.
En el año 2001, cuando Guadalupe me dijo “dale Derna, yo te apoyo”, comencé a buscar y reunir instrumentos. Año de crisis, en el que un importante segmento de la población saqueaba supermercados y otro solicitaba indemnizaciones por los saqueos. Yo, casi surrealistamente solicitaba violines!!!. Fue casi imposible obtener instrumentos, así que con dinero propio compré 8 flautas dulces, y un violín de mi familia, fue compartido por 3 alumnas. Conseguir personal ad honorem también fue difícil - ya que primeramente estaba planteada así la experiencia -, pero lo encontré.
Desarrollaba mi labor en contra turno escolar. Al principio, 1 vez por semana, luego 2, y más tarde 3. Un año después renuncié al cargo y seguí trabajando sólo en Vibrato. Mi actividad en Vibrato se desarrolló ad honorem desde el año 2001 hasta febrero del 2006, con excepción de 5 meses del 2004. Muchas veces lamenté trabajar en otros proyectos y quitarle horas a Vibrato. El pensamiento era “todo lo que yo podría hacer en Vibrato, en estas 15 o 25 Hs”. Pero esos otros trabajos, posibilitaban mi manutención y me prepararon para lo que acontecería en un futuro cercano.
Cuando parecía que estaba a punto de materializar la idea, solía haber algo que la colocaba más distante.
Corría el año 2004, Vibrato tenía 14 violines, 3 cellos, 1 contrabajo y un piano. Pero lo más importante era que 60 niños participaban de la experiencia!!!. Entonces el nuevo Director de la Esc. Juana E. Blanco del Nivel Secundario, que acababa de asumir, solicitó que Vibrato funcionara en otra institución ya que carecíamos de seguro civil. El Gob. Provincial, si bien vio con agrado nuestro trabajo, no pudo insertar a Vibrato en su estructura en tan poco tiempo. El saldo: 3 meses desalojados, dando clases en vecinales, centros de jubilados, plazas, etc. Las lecciones de la práctica fueron: “Una crisis es-conde una oportunidad. Una crisis es un pedido de apuntalamiento de la propia idea, del propio proyecto”. Y así fue...
Barrio Ludueña
Los niños del Hogar (que asistían a la Esc. Blanco) continuaron en el Hogar del Huérfano, previa presentación de la propuesta de Vibrato, y autorización por parte de las autoridades del Hogar. Posteriormente, comencé a buscar una escuela/comunidad en el cual pudiese desarrollar la experiencia en escala real y convertirla en proyecto modelo. Visité 23 escuelas (y sus 23 comunidades). La comunidad seleccionada fue la Escuela Nº 1027/2061 del Barrio Ludueña Norte.
Más tarde detecté una herramienta dentro del Estado Municipal, que podía optimizar cuantitativa y cualitativamente la experiencia. Esto fue y es irrefutable: el Presupuesto Participativo. Un instrumento que promovía la participación y construcción de la ciudadanía. Primero me presenté sola, averigüé las posibilidades y más tarde, le pregunté a las autoridades de la escuela, maestros, padres y vecinos, sobre la posibilidad de presentarlo conjuntamente. Una semana después proponemos el proyecto a Presupuesto Participativo. Luego de su posterior análisis y evaluación, por parte del Estado Municipal, el 12 de octubre del 2005, es convalidado por el voto de todo el Distrito y así obtiene el 5º lugar entre 60 proyectos, en el año 2006. Al año siguiente obtiene el 3º lugar, entre 57 proyectos en el 2007. Es de destacar, que sólo 10 propuestas se ejecutaban en relación a las 57 o 60 del total presentadas. Posibilitando que 100 niños y adolescentes participen de la experiencia de lunes a sábado de 8 a 12 hs. y de 14 a 18 horas. Actualmente me desempeño como Directora Musical de la Escuela Orquesta del Barrio Ludueña.
Por otra parte, viendo la necesidad de tener un orden institucional, Jurídico y contable, comienzo a trabajar para la creación de la Fundación Allegro Argentina, la cual fundo y presido en la actualidad.
Es importante mencionar, que Vibrato, recibió instrumentos usados del Cantón Valés de Suiza y recibirá de Karlsruhe (Alemania). También mencionar el apoyo recibido de los medios de comunicación.
Actualmente trabaja con personal ad honorem y rentado.
Vibrato, ha participado en diversos concursos, recibiendo menciones que fortalecen y reconocen positivamente la experiencia, y obteniendo subsidios para la compra de más instrumentos. - Declaraciones de Interés municipal y Educativo de la Nación -.
[1] En las grandes ciudades, el potencial transformador, el sentido de trascendencia y de impacto que tienen algunas profesiones y prácticas profesionales se pierde. Las pequeñas comunidades rurales, o urbano -rurales rescatan la práctica, el sentido y opción vocacional y al profesional o trabajador. (Por ejemplo: la práctica médica, y al médico, la práctica docente y al maestro).
[2] Hoy supongo, que "entretener a los soldados" podía significar, ayudar a conservar algo de humanidad en ellos.
Continuará...
Nací en Rosario, como la mayoría de los chicos de mi pueblo, pero a las horas ya estaba viviendo en Serodino, una pequeña localidad de 3.000 habitantes del Sur de la provincia de Santa Fe.
En los pueblos, el cura, el policía, el médico y/o el maestro, son personas legendarias.
Mi papá era el médico del Pueblo, y mi casa años atrás había sido una maternidad (sala para parturientas, baño anexo - algo pequeño comparado con la infraestructura de la gran ciudad). Al igual que su comunidad, le tenía un profundo respeto, aprecio y admiración. Esto me marcó para siempre[1].
Inicié mis estudios musicales, de piano, a los 5 años en Serodino, y a los 7 años (1981) me radico junto a mi familia en la ciudad de Rosario, donde actualmente resido, y comienzo mi formación académico musical en la Esc. Municipal de Música.
Cuando tenía 12 años, con algunas dudas existenciales, me preguntaba, qué iba a ser cuando sea grande; porque si bien me gustaba la música, como profesión la veía poco útil (en el sentido de trascendencia, incidencia y/o utilidad que puede tener la medicina para la humanidad y/o sociedad).
La representación social que tenía yo y tienen muchos chicos, es que la medicina sirve para "salvar, dar o curar muchas vidas". Entonces me pregunté y traté de indagar acerca del sentido de "utilidad" de la música. Es decir, encontrar un valor intrínseco y colectivo, más allá de los aplausos, el narcisismo y/o la disciplina que implica el estudio de un instrumento.
En una situación de crisis como una guerra, un médico puede salvar vidas, pero qué puede hacer un músico?, me pregunté. Trasladé esta inquietud a una tía, la cual se lo tomó como una broma - supongo que por mi edad - para más tarde responder "entretener a los soldados"[2].
Esa respuesta que me enojó e irritó, por la seriedad con la cual yo me la había formulado hacia adentro y hacia afuera, sembró una pregunta en mí a los 12 años, que estaría latente y sería directriz por el resto de mis días "¿Para qué sirve la música?".
Pasaron los años, y ya en el ejercicio docente de la actividad musical, comienzo a trabajar en escuelas primarias de San Lorenzo (1998), Serodino (1999) y Rosario (2001) y a observar que desde la práctica docente - educación instrumental y/o vocal - se puede hacer mucho. Comienzo así, a encontrar ese sentido de ", incidencia, impacto y potencial transformador" sobre el cual había buscado e interrogado en mi niñez. La escuela, con sus "espacios ociosos, sin explorar, y desarrollar" se convertía en una oportunidad magnífica para poner a prueba todo y a todos.
En Serodino (1999), observo, que como sucedía en muchos pueblos agrícolas ganaderos, algunos chicos no continuaban sus estudios secundarios. Por el contrario, la primaria tenía como colofón final el trabajo en las cosechas, el campo. Así los adolescentes dejaban de estudiar, comenzaban a trabajar, manejaban dinero (que aunque era poco, en algunos casos ayudaba a sus familias y en otros, les facilitaba el acceso temprano al alcohol). También comienzo a pensar en la repercusión que podría tener o cómo favorecería la asimilación y comprensión de la lecto-escritura musical en la adquisición de la alfabetización y a sentir que la música tenía un poder intrínseco que podía "tocar vidas" y hacerlas vibrar aún más. Pensé un dispositivo posible para la localidad, y formé un pequeño coro y conjunto de flautas dulces (aunque por un momento soñé con otro tipo de instrumentos, por la lejanía con la ciudad hubiese sido imposible en aquel momento, el traslado de profesores para formar una orquesta). Terminado el interinato de un año y medio, tiempo después comienzo a trabajar en Rosario.
Así fue como en el 2001, me llaman para un reemplazo en la Esc. Juana Elena Blanco de Rosario. La escuela se encontraba en zona urbana, pero concurrían chicos de escasos recursos del asentamiento "Villa La Siberia" (muy cerca de la ciudad universitaria). Esto significaba necesidades básicas insatisfechas, padres que recibían planes sociales, con muy pocos años de cursado en la escuela primaria, y un medio en el cual el abuso, la droga, la violencia, la delincuencia eran moneda corriente, como también era habitual, la presencia de algún familiar en la cárcel. A la semana de haber iniciado el reemplazo como Prof. de Música de la Escuela Juana E. Blanco, la Directora dijo "Derna, te toca el acto"(acto escolar).
Mi formación era clásica, pero las necesidades de los chicos eran otras. Se me ocurrió entonces, compatibilizar mi formación, en función de los intereses de los chicos. Preparé 2 canciones, un carnavalito y una canción latinoamericana. Llamé a dos compañeras de la Orquesta Juvenil, una tocaba el violín y la otra el violoncello; los chicos cantaban y se acompañaban con un bombo. La experiencia fue genial. Chicos y grandes disfrutamos un montón. Ahí se me dispararon todas las ideas. Me parecía tan revolucionario todo! Ya que aquella pregunta que había formulado a los 12 años - "¿Para qué sirve la música? "- parecía que había permanecido latente y se contestaba 17 años después. Entonces pensé: ¿pero por qué tienen que ser observadores, o espectadores? Por qué sólo cantar y acompañarse con un bombo? Por qué no apropiarse de esos instrumentos, que parecían vedados para aquel contexto socio económico cultural. Enseguida, les pregunté a los chicos, si a la tarde, luego de la escuela primaria, les gustaría aprender a tocar estos instrumentos musicales (violín, cello, contrabajo, etc.). Ellos respondieron que sí. Se lo comenté a Guadalupe, maestra y psicóloga de la escuela y ella dijo "dale Derna, yo te apoyo". Y ahí empezó todo.
Creo que la idea es parte constitutiva de mí, algo intrínseco, que viene conmigo y que por ende, no nació cuando yo tenía 27 años, ni 25, ni 15, ni 12, ni aún 7 años. La idea y la fuerza con que la transmito, la energía transformadora y movilizadora que genera y de ella se desprende, me hace pensar que la idea me dio nacimiento, es decir que me antecedió a mí misma. Dicho de otra manera, por familiares y amigos "VIBRATO: es mi misión, sentido y propósito de vida".
Rosario, año 2001
Con alma, pasión y vida. Con determinación, perseverancia y fortaleza. Con alegría, fervor y mucho entusiasmo!. Mi lema: Soñar, resistir y luchar.
En el año 2001, cuando Guadalupe me dijo “dale Derna, yo te apoyo”, comencé a buscar y reunir instrumentos. Año de crisis, en el que un importante segmento de la población saqueaba supermercados y otro solicitaba indemnizaciones por los saqueos. Yo, casi surrealistamente solicitaba violines!!!. Fue casi imposible obtener instrumentos, así que con dinero propio compré 8 flautas dulces, y un violín de mi familia, fue compartido por 3 alumnas. Conseguir personal ad honorem también fue difícil - ya que primeramente estaba planteada así la experiencia -, pero lo encontré.
Desarrollaba mi labor en contra turno escolar. Al principio, 1 vez por semana, luego 2, y más tarde 3. Un año después renuncié al cargo y seguí trabajando sólo en Vibrato. Mi actividad en Vibrato se desarrolló ad honorem desde el año 2001 hasta febrero del 2006, con excepción de 5 meses del 2004. Muchas veces lamenté trabajar en otros proyectos y quitarle horas a Vibrato. El pensamiento era “todo lo que yo podría hacer en Vibrato, en estas 15 o 25 Hs”. Pero esos otros trabajos, posibilitaban mi manutención y me prepararon para lo que acontecería en un futuro cercano.
Cuando parecía que estaba a punto de materializar la idea, solía haber algo que la colocaba más distante.
Corría el año 2004, Vibrato tenía 14 violines, 3 cellos, 1 contrabajo y un piano. Pero lo más importante era que 60 niños participaban de la experiencia!!!. Entonces el nuevo Director de la Esc. Juana E. Blanco del Nivel Secundario, que acababa de asumir, solicitó que Vibrato funcionara en otra institución ya que carecíamos de seguro civil. El Gob. Provincial, si bien vio con agrado nuestro trabajo, no pudo insertar a Vibrato en su estructura en tan poco tiempo. El saldo: 3 meses desalojados, dando clases en vecinales, centros de jubilados, plazas, etc. Las lecciones de la práctica fueron: “Una crisis es-conde una oportunidad. Una crisis es un pedido de apuntalamiento de la propia idea, del propio proyecto”. Y así fue...
Barrio Ludueña
Los niños del Hogar (que asistían a la Esc. Blanco) continuaron en el Hogar del Huérfano, previa presentación de la propuesta de Vibrato, y autorización por parte de las autoridades del Hogar. Posteriormente, comencé a buscar una escuela/comunidad en el cual pudiese desarrollar la experiencia en escala real y convertirla en proyecto modelo. Visité 23 escuelas (y sus 23 comunidades). La comunidad seleccionada fue la Escuela Nº 1027/2061 del Barrio Ludueña Norte.
Más tarde detecté una herramienta dentro del Estado Municipal, que podía optimizar cuantitativa y cualitativamente la experiencia. Esto fue y es irrefutable: el Presupuesto Participativo. Un instrumento que promovía la participación y construcción de la ciudadanía. Primero me presenté sola, averigüé las posibilidades y más tarde, le pregunté a las autoridades de la escuela, maestros, padres y vecinos, sobre la posibilidad de presentarlo conjuntamente. Una semana después proponemos el proyecto a Presupuesto Participativo. Luego de su posterior análisis y evaluación, por parte del Estado Municipal, el 12 de octubre del 2005, es convalidado por el voto de todo el Distrito y así obtiene el 5º lugar entre 60 proyectos, en el año 2006. Al año siguiente obtiene el 3º lugar, entre 57 proyectos en el 2007. Es de destacar, que sólo 10 propuestas se ejecutaban en relación a las 57 o 60 del total presentadas. Posibilitando que 100 niños y adolescentes participen de la experiencia de lunes a sábado de 8 a 12 hs. y de 14 a 18 horas. Actualmente me desempeño como Directora Musical de la Escuela Orquesta del Barrio Ludueña.
Por otra parte, viendo la necesidad de tener un orden institucional, Jurídico y contable, comienzo a trabajar para la creación de la Fundación Allegro Argentina, la cual fundo y presido en la actualidad.
Es importante mencionar, que Vibrato, recibió instrumentos usados del Cantón Valés de Suiza y recibirá de Karlsruhe (Alemania). También mencionar el apoyo recibido de los medios de comunicación.
Actualmente trabaja con personal ad honorem y rentado.
Vibrato, ha participado en diversos concursos, recibiendo menciones que fortalecen y reconocen positivamente la experiencia, y obteniendo subsidios para la compra de más instrumentos. - Declaraciones de Interés municipal y Educativo de la Nación -.
[1] En las grandes ciudades, el potencial transformador, el sentido de trascendencia y de impacto que tienen algunas profesiones y prácticas profesionales se pierde. Las pequeñas comunidades rurales, o urbano -rurales rescatan la práctica, el sentido y opción vocacional y al profesional o trabajador. (Por ejemplo: la práctica médica, y al médico, la práctica docente y al maestro).
[2] Hoy supongo, que "entretener a los soldados" podía significar, ayudar a conservar algo de humanidad en ellos.
Continuará...